Gloria

Cuando Clavahead conoció a Gloria, nunca pensó que después de tanto tiempo estaría plasmando su rostro en una pared cerca de su antiguo barrio en Lima, Perú.

Recuerda, con una sonrisa en el rostro, que siempre lo confundía con Daniel, su nieto, y que no importase la hora que fuera, en lugar de regañarlos por la bulla que hacían al ensayar con su banda de rock, los interrumpía para recordarnos que tenían que desayunar.

Para Daniel, en cambio, fue como su madre, la persona que lo crió:

Mi abuelita se llama Gloria.

Siempre súper servicial, con todos.  Hasta dejaba de pensar en ella para ayudar a los demás. La recuerdo mucho con su escoba barriendo la casa. Todo el día estaba arreglando, limpiando y pensando en el resto,  sobre todo en nosotros 3, sus nietos.

Ella siempre fue muy muy alegre, bromista y extremadamente atenta. Solo cuando la enfermedad estuvo mas avanzada perdió la alegría que la caracterizaba.

Gloria además de ser mi abuelita, fue una madre para nosotros ya que ella nos adoptó desde muy pequeños, y ahora, a pesar de que no está más con nosotros, siempre la recordamos de una manera alegre. 

Así la recordamos y, a Daniel, le trajo memorias de su abuela que ya creía olvidadas.

Ana

Ella es Ana.

Su hija, Mabel, cuida de ella todos los días. Todos.
La lleva al parque cerca a su casa, ven gente pasar y, mientras, Ana cuenta chistes, historias y habla de sus aventuras en el antiguo barrio. Una de las lindas características que Ana no perdió es que  le saca un cuento a todo, le pone segundo sentido a las cosas y se ríe. Y parece que la risa resulta ser algo que dura hasta el final.

Hace varios años sufre de Alzheimer.

Su familia ha tenido uno que otro susto. Una vez se perdió y, como tantas cosas que no tienen explicación, a pesar de la enfermedad se acordó de su antigua casa. Las vecinas que la conocían llamaron a su hija.

Otra vez se cayó.

El caso es que a veces su nieta Isabel, quien quizo que hagamos su retrato, visita a su abuela, pero Ana se confunde, se acuerda de ella pero siendo pequeña. Cuando Isabel le dice quien es, Ana piensa que su nieta aun está en su último año de colegio.  Isabel le sige la conversación con paciencia al igual que el resto de su familia.

Antes del Alzheimer fue/es una madre muy afortunada. Tuvo 10 hijos y, si bien quien cuida de ella es su hija Mabel, todos, o por lo menos la mayoria de sus hijos, tratan de compartir tiempo con ella. Se la turnan en el día de la madre, navidad y año nuevo y su nieta, a pesar de ser muy joven, ya reflexiona sobre la vejez y la fortuna de tener una compañia que nos cuide a pesar de nuestras enfermedades.

Luisa

Luisa no es una extraña, es la hermana de Ermelinda, mi abuela.Y así, como la mayoría de las cosas en esta vida se mezclan, se relacionan, Luisa no solo es parte de la historia de su hermana si no que también protagoniza la suya.

Luisa está llena de vida, se ríe, cuenta historias de su infancia en Avellaneda, disfruta de algunos vicios empedernidos como el fumar y tomar alguna copita de vino, a pesar de los intentos fallidos de sus dos hijos de hacerla abandonarlos. Casi las únicas evidencias del Alzheimer son la pérdida de memoria a corto plazo, una tomografía computada y un pastillero.

Su hija Verónica tiene fe, una fe basada en la ciencia y en el corazón, para que su madre no tenga el mismo final que Erme. La dedicación no es solo de ella, su marido y sus hijos adolescentes están pendientes de cuánto Luisa fuma, de si comió, de ir a buscarla y de su bienestar.

Luisa también es la primera que ve su propio retrato en la pared. Lo que habrá pasado por su cabeza en ese momento, solo ella lo sabe. Nosotros creemos que le gustó y que su hija Verónica podrá disfrutar de la imagen de su madre rodeada por las cosas que más le gustan hasta que el dibujo desaparezca.

Para ver más fotos visita www.facebook.com/Clavaheadart

Rina

Nuestro proyecto, “Las Caras del Olvido”,  traspasó las fronteras de Buenos Aires rumbo a San Luis.

Partimos en un viaje de 9 horas por las rutas argentinas con el objetivo de dejar retratada a Rina en el lugar que la vio crecer.

Norma, su hija, nos envió una foto, y no cualquier foto, si no una foto que Norma usa como «ayuda memoria» para buscar el recuerdo de su madre cuando aún estaba sana.

A pesar del granizo, el frío y la lluvia constante con que nos recibió San Luis, al día siguiente nos sorprendió el sol y Norma quien nos pasó a buscar para llevarnos al lugar donde retrataríamos a su madre.

Con permiso de la municipalidad de San Luis, Alberto, Clavahead, comenzó su obra, y casi sin darnos cuenta los amigos de Norma comenzaron a aparecer, con sus mates, su cariño, sus biscochos, sus hijos, más mates y sus anécdotas sobre Rina  quien poco a poco iba cobrando vida a través de los colores y las historias contadas.

Llegado el mediodía, mientras Alberto le daba los toques finales, los ojos de Rina conmovieron a los presentes. Habíamos capturado su mirada, solo faltaba que Norma lo testificara.

Y así lo hizo. Se acercó despacito y cuando destapamos el dibujo sonrió con sus ojos conteniendo las lágrimas. “Es mi mamá” dijo, y entonces todos dimos un suspiro. Habíamos llegado a su corazón.

Por primera vez fuimos testigos de lo que genera este proyecto, y luego de conversar con Norma frente a las sierras de San Luis, partimos de regreso a casa con alfajores bajo el brazo, ganas de llevar esto a muchas personas más y una sensación de hermandad y satisfacción.

Esta experiencia nos hizo rescatar algo bueno de esta enfermedad, el conocer a gente increíble y buena, como Norma y sus amigos, y el sentirnos acompañados en este camino tan oscuro como lo es el del Alzheimer.

«Todos la conocen con el nombre de Rina, pocos saben que su verdadero nombre es Ernestina. Hija de italianos, madre de dos hijas y esposa de un eterno enamorado, nació y vivió en San Luis toda su vida.

Fue modista pero dejó ese trabajo al poco tiempo de casarse por problemas de salud. De allí en más se dedicó a su familia. Era hiperactiva, no se quedaba quieta un segundo y le encantaba el paseo por las sierras de San Luis los domingos por la tarde, aun ya estando enferma.

Le encantaba cocinar. Hacía delicias que nunca más su familia volvió a probar. ¡Infaltable la pasta casera de los domingos!»

Aunque Rina ya no recuerde las calles de San Luis, San Luis la recuerda así:

Elba

¨Tenerla y no tenerla, necesitarla tantas veces…tantas a ella y no a otro y saber que nunca mas podrás compartir una charla, un consuelo, un consejo, una contención, solo queda abrazarla y decirle que la quiero, que siempre la voy a querer, aunque quizás ella nunca más lo sepa, no lo sé¨ dice Nora, su hija menor.

Elba, dedicada a su hijas (las flores en su retrato) y a sus 5 nietos (los pájaros), con una predilección por la jardinería, vino a Buenos Aires desde Santa Fe para casarse en 1928 y aquí permanece hasta el día de hoy. En el presente, sus recuerdos andan perdidos en un laberinto mental desde hace 10 años, pero su rostro sonriente puede ser visto en: Concepción Arenal y Crámer.

Ermelinda

Ermelinda, la musa, la pionera de este proyecto de rostros en el olvido y mi abuela.
Con 81 años encima, 10 de los cuales creemos que convive con el Alzheimer, o «el alemán» como solíamos decirle a la enfermedad cuando ella todavia estaba lúcida, ahora vive en un geriátrico hablando sin sentido.

Pero no siempre fue así. Antes fue hija, buena hermana, buena madre, buena esposa, buena abuela y buena mujer. Moderna para su generación, querida por todos y la mejor cocinera de ñoquis caceros e inventora de la empanada de tuco.

La queremos recordar así:

Convocatoria

La idea de esta convocatoria nació con mi abuela, Ermelinda, enferma de Alzheimer desde hace 10 años.

Mi obsesión por sacarle fotos, a un ser que se fue achicando de a poco, que fue perdiendo el sentido del habla pero que jamás perdió su sonrisa, llevó al artista callejero Clavahead a plasmarla en las calles de Buenos Aires. Al despertar el interés de algunos medios, nos pareció que un proyecto más global y comunitario sería una linda manera de rendir tributo a los enfermos, a sus familiares y a su vez a atraer más atención a esta enfermedad de la que tan poco se habla.

Gracias a la difusión por parte de http://maldealzheimer.wordpress.com/ es que ya tenemos cuatro hermosos rostros y obras en curso. Ermelinda, Elba, Rina y Rafael.

Si te gusta la propuesta y quieres compartir tu historia, escríbenos contándonos sobre el/ella y envíanos una foto. La convertiremos en una obra de arte en las calles.*

lascarasdelolvido@clavahead.com

Este proyecto está pensado porque creemos en el efecto alud de las buenas acciones y porque queremos homenajearlos, no solo a los enfermos si no también a sus familias.

Para no olvidar a aquellos que por la enfermedad de Alzheimer ya no recuerdan.

*Las personas que nos envíen fotos no tendrán costo alguno por las obras de arte realizadas.